En este 2025, Rolls-Royce celebra un siglo desde el lanzamiento del primer Phantom, un modelo que ha sido sinónimo de lujo, exclusividad y perfección automotriz. A lo largo de ocho generaciones, el Phantom ha mantenido su lugar como la máxima expresión de la marca, adaptándose a las necesidades de sus clientes sin perder su esencia.

Desde su introducción, el Phantom ha sido la base de las más complejas y sofisticadas creaciones personalizadas dentro de Rolls-Royce. Los encargos exclusivos han ido desde inspiraciones en alta costura y el cine hasta influencias de la cultura china, como el modelo “Year of the Dragon”, mostrando la capacidad del Phantom para transformar cualquier visión en realidad. A pesar de los avances en diseño, ingeniería y tecnología, el objetivo de Rolls-Royce ha sido siempre ofrecer el coche más magnánimo, deseado y, por encima de todo, el más fácil de conducir, sin comprometer nunca los principios fundamentales de su ingeniería y diseño.




El origen del Phantom
El viaje del Phantom comenzó en 1925, cuando Rolls-Royce presentó un nuevo modelo bajo el nombre de “New Phantom”. Este coche fue diseñado para reemplazar al legendario Silver Ghost, que había marcado la pauta de lujo y rendimiento. El nombre Phantom, aunque algo misterioso, provenía de la mente creativa de Claude Johnson, director comercial de la marca, quien entendió el poder de un nombre evocador para transmitir la esencia de sus coches: la suavidad, el silencio y la gracia sobrenatural que los hacían destacar.

El Phantom en su evolución
A lo largo de los años, Rolls-Royce ha refinado constantemente el Phantom, adaptándose a los cambios del mercado sin perder su identidad. En 1936, el Phantom III, con un motor V12, marcó una nueva era en términos de potencia y comodidad. A medida que la industria automotriz evolucionaba, también lo hacía el Phantom, manteniendo su nivel de excelencia y confort, pero incorporando mejoras como la suspensión independiente y un motor más potente.
La llegada del Phantom IV en 1950, diseñado para servir a la realeza, llevó el lujo a nuevas alturas. Con un número limitado de unidades, el Phantom IV se convirtió en un símbolo de distinción. Posteriormente, el Phantom V, lanzado en 1959, se consolidó como una referencia en limusinas de lujo, mientras que el Phantom VI, que se mantuvo en producción hasta 1993, marcó el fin de una era de coches con carrocería sobre chasis.





La nueva era del Phantom
En 2003, Rolls-Royce presentó el Phantom VII, el primer modelo fabricado completamente en sus instalaciones de Goodwood. Con una estructura de espacio de aluminio, el Phantom VII mantuvo el enfoque artesanal de la marca, pero incorporó la capacidad de personalización total a través del programa Bespoke, permitiendo a los clientes crear coches completamente a medida. Esta nueva versión del Phantom sentó las bases de lo que sería la evolución de la marca.
En 2017, Rolls-Royce lanzó el Phantom VIII, el primer modelo construido sobre la “Arquitectura de Lujo”, diseñada para soportar todos los modelos futuros. Este Phantom, que sigue siendo el modelo más lujoso de la marca, se distingue por su capacidad de adaptación a los deseos más exclusivos de sus clientes. La “Galería” del Phantom VIII, una franja de cristal que recorre todo el salpicadero, permite a los propietarios exhibir obras de arte personalizadas.




La esencia del Phantom
A lo largo de sus ocho generaciones, el Phantom ha seguido siendo el máximo exponente de la marca, un coche que no solo satisface las expectativas de lujo, sino que las supera constantemente. Desde el primer “New Phantom” hasta el actual Phantom VIII, este vehículo ha sido el reflejo de lo mejor que Rolls-Royce puede ofrecer, uniendo ingeniería de precisión, materiales nobles y una experiencia de conducción sin igual.
El Phantom no es solo un automóvil, sino una declaración de exclusividad, lujo y comodidad. Su capacidad para evolucionar sin perder su esencia lo ha mantenido como el coche más codiciado y respetado por quienes buscan lo mejor. Con un siglo de historia, el Phantom sigue siendo la cúspide del lujo automotriz, siempre a la vanguardia, pero fiel a los principios que lo han convertido en un icono de la marca.