La llegada del buen tiempo trae consigo el deseo de disfrutar de la conducción al aire libre, y Opel ha sido pionero en ofrecer una variedad de modelos descapotables a lo largo de sus 125 años de historia. Desde los primeros tiempos, cuando todos los Opel eran descapotables como el Opel Patentmotorwagen System Lutzmann de 1899, hasta las últimas versiones modernas, la marca ha dejado una huella imborrable en el mundo automotriz.
En la década de 1910, Opel lanzó el icónico Opel 4/8, conocido como «Doktorwagen». Este biplaza, dirigido a profesionales de clase media, como médicos y pequeñas empresas, destacaba por su techo de lona plegable, motor de 1029 cm³ y cuatro cilindros refrigerado por agua que alcanzaba los 60 km/h. Este modelo era fácil de conducir y mantener, ideal para quienes no necesitaban chófer.
El Opel Laubfrosch, el primer automóvil alemán fabricado en serie, fue un éxito rotundo. Con una carrocería torpedo y techo de lona, se convirtió en un clásico deseado por coleccionistas. A lo largo de su vida comercial, también se lanzaron versiones berlina y limusina, todas descapotables. A finales de los años 20, el Opel 10/40 PS se ofrecía en versiones «Tourenwagen» con techo de lona, tanto en modelos de 4/5 plazas como en versiones alargadas de 6/7 plazas. Gracias a la producción en cadena iniciada con el Laubfrosch, este modelo combinó dimensiones y prestaciones de lujo a un precio accesible.
El Opel 7/34 PS, con su versión Tourenwagen para 4 pasajeros, fue el 6 cilindros más económico en el mercado alemán entre 1927 y 1930, sin nada que envidiar a sus rivales más caros. El Opel 1.8 litros (1931-33) también contó con versiones Touring y Cabriolet.
Entre 1934 y 1937, el Opel 2 Litros, conocido como “Opel 6”, ofreció versiones cabriolet, cabrio-limusina y Landaulet, adentrándose en el mundo del lujo. El Opel Käpitan de 1938, la última gran berlina desarrollada antes de la Segunda Guerra Mundial, incluyó espectaculares versiones cabrio de dos plazas, colaborando con los carroceros Gläser y Hebmüller. Lamentablemente, estas versiones no continuaron después del conflicto.
Casi cuatro décadas después, en el Salón de Ginebra de 1976, Opel presentó el Aero Kadett, desarrollado con Karroserie Baur, un modelo muy buscado por los coleccionistas gracias a su techo targa totalmente desmontable. Aunque no se comercializó una versión descapotable del Opel Corsa, la idea estuvo presente durante años, con varios conceptos mostrados en el Salón de Ginebra de 1982 y la versión Corsa A Spider GL lanzada por Irmscher en 1986.
En 1987, el Opel Kadett Cabrio llegó a los concesionarios, desarrollado en colaboración con Bertone. Este modelo también se comercializó en Brasil bajo la marca Chevrolet. En el nuevo milenio, Opel vivió una explosión de descapotables. Entre 2000 y 2005, el Opel Speedster, en alianza con Lotus, trajo adrenalina a la gama con su roadster biplaza de 200 CV, alcanzando una velocidad máxima de 242 km/h y acelerando de 0 a 100 km/h en solo 4,7 segundos. La segunda generación del Opel Tigra, producida entre 2004 y 2009, se transformó en un coupé biplaza descapotable con techo rígido, desarrollado con Heuliez.
Finalmente, el Opel Cabrio, conocido en otros países como Opel Cascada, ha sido el último eslabón de la larga saga de convertibles de la marca. Basado en el Opel Astra J, este modelo incluye un techo de lona y una configuración 2+2, continuando la tradición de Opel en la creación de descapotables innovadores y elegantes.