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Rafale E-Tech full hybrid 200: prueba del SUV con alma deportiva, referencia de Renault

El Renault Rafale, presentado oficialmente en 2023, se posiciona como el buque insignia de la gama SUV del fabricante francés. Aunque estéticamente adopta una línea fastback y proporciones de SUV, su nombre y diseño evocan una fuerte inspiración aeronáutica. Renault no lo bautizó en honor al famoso caza Dassault Rafale, sino a raíz de su historia con la aviación: en 1933, la firma compró el constructor Caudron y uno de sus modelos más avanzados, el Caudron C.430 “Rafale”, sirve de referencia directa. Esta conexión con los orígenes industriales le otorga una identidad única dentro de la gama.

Desarrollado sobre la plataforma modular CMF-CD del grupo Renault-Nissan-Mitsubishi, el Rafale comparte arquitectura con el Renault Espace, pero se diferencia por una estética más audaz. Sus dimensiones son considerables: 4,71 metros de largo, 1,86 metros de ancho y 1,61 metros de alto. Las vías ensanchadas respecto al Espace y una línea descendente en el techo configuran una silueta musculosa que refuerza su carácter dinámico.

El frontal destaca por una parrilla tridimensional compuesta por múltiples diamantes azules y negros que cambian de apariencia según el ángulo de visión. Gilles Vidal, antiguo jefe de diseño de Peugeot y ahora en Renault, ha dejado una huella reconocible: los rasgos recuerdan al Peugeot 408 y al anterior 3008. Este diseño frontal también se encuentra en modelos como el Clio, Captur, Scenic o Symbioz, creando una línea de estilo coherente en la gama.

Los faros LED son de serie y la firma luminosa en forma de flecha refuerza el aire tecnológico del vehículo. Las llantas de 20 pulgadas equipadas en esta versión contribuyen al aspecto deportivo, sin caer en exageraciones visuales.

El habitáculo comparte muchas soluciones con los últimos lanzamientos de Renault. La calidad percibida es elevada, con materiales como símil de cuero, pizarra natural en inserciones decorativas y detalles metálicos. El acabado Esprit Alpine suma toques visuales diferenciadores: costuras en los colores de la bandera francesa, logotipos bordados, pedalier en aluminio y asientos tipo semi-baquet con buen agarre lateral.

La ergonomía ha mejorado respecto a generaciones anteriores. El sistema OpenR combina un panel de instrumentos de 12,3 pulgadas con una pantalla central vertical de 12 pulgadas. El software, basado en Android Automotive, incluye Google Maps, Google Assistant y compatibilidad con múltiples aplicaciones. Todo fluye con rapidez y claridad. A diferencia de Peugeot, Renault mantiene controles físicos para funciones básicas como la climatización o los modos de conducción, lo que facilita el uso mientras se conduce.

En la consola central, un espacio con compartimentos profundos y una tapa deslizante longitudinal permite organizar objetos con comodidad. El volante, revestido parcialmente en Alcántara, agrupa funciones clave como el cambio de marchas, las levas para la frenada regenerativa y los mandos del audio. Todo está al alcance de la mano.

El espacio interior está bien aprovechado en las plazas delanteras. En la parte trasera, el diseño fastback condiciona el espacio para la cabeza, aunque la habitabilidad es suficiente para dos adultos. El asiento central se puede convertir en reposabrazos, incorpora puertos USB-C y portavasos. Además, el techo Solarbay, de cristal y con control de opacidad, ofrece una sensación de amplitud mayor. Puede oscurecerse parcial o completamente desde la botonera del techo, sin necesidad de cortinilla física.

La visibilidad hacia atrás es uno de los puntos débiles. La inclinación del techo, el reposacabezas central y la ausencia de limpiaparabrisas trasero complican la visión, especialmente con lluvia o en días nublados. En conducción urbana, esta limitación se vuelve relevante, aunque las cámaras y sensores ayudan en maniobras de aparcamiento.

En términos de comportamiento dinámico, el Renault Rafale se muestra ágil. La dirección ha sido recalibrada y ofrece un tacto directo (2,33 vueltas entre topes). El sistema 4Control de dirección a las cuatro ruedas, incluido de serie en el acabado Esprit Alpine, marca la diferencia. A baja velocidad, las ruedas traseras giran hasta 5 grados en sentido contrario al eje delantero, mejorando la maniobrabilidad en espacios estrechos. A más de 120 km/h, giran en la misma dirección, incrementando la estabilidad.

El diámetro de giro, de solo 10,4 metros, es sorprendente en un SUV de este tamaño. En tramos urbanos, rotondas y curvas cerradas, este sistema se convierte en un aliado. Sobre carretera abierta, el chasis se siente más asentado que el del Renault Austral. La firmeza de la suspensión permite una respuesta precisa, aunque penaliza el confort en firmes deteriorados.

El conjunto mecánico E-Tech full hybrid combina un motor gasolina tricilíndrico turbo de 1,2 litros con 130 CV, una unidad eléctrica principal de 68 CV y una secundaria de 34 CV, que actúa como generador. En total, ofrece una potencia combinada de 200 CV. Esta tecnología no requiere enchufe. Funciona como un híbrido autorrecargable, recuperando energía en frenadas o desaceleraciones.

La caja de cambios multimodo sin embrague dispone de cinco relaciones para el motor térmico y dos para el eléctrico. Su funcionamiento es suave en conducción relajada, pero en situaciones de exigencia o aceleración fuerte, se puede notar una cierta demora entre reducciones, acompañada de una breve pérdida de potencia.

Renault declara un consumo combinado de 4,7 l/100 km según el ciclo WLTP, con una autonomía superior a 1.100 kilómetros gracias a su depósito de 55 litros. En condiciones reales, durante una conducción intensa, el consumo se eleva a unos 7 l/100 km. En uso más eficiente, con tráfico normal y ritmo tranquilo, la cifra baja a 6 l/100 km. La gestión híbrida permite circular en modo eléctrico hasta en un 80% del tiempo en trayectos urbanos, según Renault.

En carretera, el sistema de frenada regenerativa cuenta con varios niveles ajustables desde las levas situadas tras el volante. Esta funcionalidad resulta práctica para maximizar la eficiencia sin necesidad de pisar el freno constantemente.

El maletero ofrece una capacidad de 532 litros. No destaca frente a la competencia, pero su forma regular permite aprovechar bien el espacio. La configuración 40/20/40 de los respaldos traseros facilita el transporte de objetos largos sin renunciar completamente a las plazas traseras. No obstante, la altura del borde de carga es elevada, lo que puede dificultar la manipulación de objetos pesados. Además, la apertura del portón está situada bajo la matrícula, una posición poco ergonómica.

El sistema de sonido corre a cargo de Harman Kardon, con 12 altavoces distribuidos estratégicamente. Ha sido desarrollado con la colaboración de Jean-Michel Jarre, leyenda de la música electrónica, quien participó en la definición de cinco perfiles de sonido: Studio, Concert, Podcast, Lounge y Club. Aunque las diferencias entre modos no son abismales, los melómanos sabrán apreciarlas.

En tecnología de asistencia a la conducción, el Rafale cuenta con control de crucero adaptativo, asistente de mantenimiento de carril, frenado autónomo de emergencia y reconocimiento de señales de tráfico. El regulador de velocidad inteligente adapta la velocidad al tráfico y a la topografía, y el sistema de navegación predictivo ayuda a gestionar la batería híbrida según el perfil del trayecto.

El entorno digital con Google Automotive OS permite actualizaciones en línea, comandos por voz naturales con Google Assistant y sincronización con cuentas personales. El sistema es uno de los más completos del segmento en cuanto a conectividad y usabilidad.

En resumen, el Renault Rafale E-Tech full hybrid 200 combina una estética atrevida con un comportamiento en carretera muy trabajado, gracias al sistema 4Control y a una dirección precisa. Ofrece una experiencia de conducción distinta a la de otros SUV familiares, con toques deportivos, sin renunciar a la eficiencia de su sistema híbrido. Si bien no es el más cómodo ni el más espacioso, especialmente por detalles como la visibilidad trasera o la firmeza de la suspensión, sí representa una nueva dirección para Renault en cuanto a diseño, tecnología y filosofía de producto.

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