La Flecha Roja 20Franciacorta, se realizaron otras seis Pruebas Cronometradas seguidas, al final de las cuales Palazzolo sull’Oglio acogió un Control de Paso al pie del campanario cilíndrico más alto de Europa, antesala de la entrada al territorio de Bérgamocomo siempre los primeros coches en salir, la lluvia se convirtió en una llovizna ligera y el inconfundible olor a motores en el aire brindó a los presentes una atmósfera por excelencia de la Carrera Más Bella del Mundo.
Una multitud festiva esperaba el paso de los más de 400 autos fabricados entre 1927 y 1957, que comenzó a llenar el centro de Brescia desde media mañana de hoy. No podía haber habido una salida más emocionante para los pilotos y sus navegantes, quienes durante los próximos 5 días conducirán las joyas de época a lo largo de más de 2200 kilómetros, poniéndose a prueba en 144 Pruebas Cronometradas, 8 Pruebas de Promedio, 30 Controles de Paso y 21 Controles de Tiempo.
«La espera antes de la carrera siempre es desgastante», dijo Andrea Vesco, en busca de su cuarto triunfo consecutivo en las 1000 Millas, desde la cabina del Alfa Romeo 6C SS Spider Zagato 1929. «Esperemos que no siga lloviendo para poder bajar la capota, pero en cualquier caso, una vez que arranquemos, espero que nos encontremos bien en la carrera como siempre».
En territorio de Franciacorta, se realizaron otras seis Pruebas Cronometradas seguidas, al final de las cuales Palazzolo sull’Oglio acogió un Control de Paso al pie del campanario cilíndrico más alto de Europa, antesala de la entrada al territorio de Bérgamoo».
Tras la salida, los coches se dirigieron inmediatamente al Castillo de Brescia para las primeras Pruebas Cronometradas, antes de despedirse de la ciudad con el Control de Paso y el Desfile del Pueblo en la Piazza Vittoria. Posteriormente, la caravana se dirigió por los viñedos y colinas de Franciacorta, donde se reencontró con los autos Tributo Ferrari que habían partido de Iseo. En territorio de Franciacorta, se realizaron otras seis Pruebas Cronometradas seguidas, al final de las cuales Palazzolo sull’Oglio acogió un Control de Paso al pie del campanario cilíndrico más alto de Europa, antesala de la entrada al territorio de Bérgamo.