En una localidad de la provincia de Zamora, Ángel, agricultor de 81 años, sigue trabajando sus tierras con dos tractores EBRO que llevan décadas a su lado. El primero, un 160D, llegó a la finca familiar hace más de medio siglo. Años después sumó un modelo de la serie 8000, más potente y adaptado a las necesidades del campo en los años 80. Ambos siguen en uso diario, demostrando que con mantenimiento y cuidado, la fiabilidad mecánica puede durar generaciones.

El vínculo con la marca ha sido tan constante que, cuando su nieto le contó que EBRO volvía al mercado, Ángel pensó que se trataba de otro tractor. La sorpresa llegó al descubrir que el regreso era con un SUV de siete plazas: el EBRO s800, con motor 1.6 turbo de gasolina y 147 CV. Lejos de los surcos y la maquinaria agrícola, este modelo está pensado para carretera, viajes familiares y uso diario.

Hoy, el s800 convive con los dos tractores en la misma nave. Ángel lo utiliza para desplazarse por la comarca, hacer gestiones y visitar a sus nietos. Valora su confort, la suavidad de conducción, el amplio espacio interior y la sensación de seguridad al volante. Incluso su hija, poco aficionada a los coches grandes, se ha sentido cómoda conduciéndolo.
Para él, la conexión con la marca sigue presente. “Se siente robusto y bien hecho, como antes, pero adaptado a lo que necesitamos ahora”, comenta. Su historia refleja cómo una marca puede estar presente en distintas etapas y usos, sin perder su esencia.

El EBRO s800 gasolina parte de 31.500 euros en el acabado Premium y 32.990 euros en el Luxury. La gama híbrida enchufable arranca en 32.050 euros, con descuentos por financiación y ayudas del Plan MOVES III para las versiones cero emisiones.

En el caso de Ángel, no se trata de reemplazar sus tractores, sino de sumar un compañero para la carretera. Un puente entre el trabajo de la tierra y la movilidad actual, firmado por un nombre que le ha acompañado durante más de cinco décadas.