En el circuito de Montmeló, la versión de calle y la de competición del CUPRA León VZ han rodado juntas, dejando claro que comparten una base común. Tanto el modelo de producción como el de carreras han sido desarrollados con una filosofía deportiva que se refleja en su rendimiento, diseño y configuración mecánica.


Uno de los aspectos clave que une ambas versiones es el motor. Ambos están equipados con el bloque EA888 de dos litros, sin modificaciones internas entre el modelo de producción y el TCR. La diferencia está en la gestión electrónica, que en la versión de carreras permite alcanzar los 340 CV, mientras que en el modelo de serie entrega 333 CV. Este equilibrio entre prestaciones y fiabilidad ha sido fundamental para que el León VZ TCR sea competitivo en los campeonatos donde participa.

El diseño también juega un papel esencial en ambos modelos. La versión de calle ya cuenta con un estilo deportivo que facilita la adaptación a la pista. En el TCR, las modificaciones se centran en la aerodinámica y la reducción de peso, con una carrocería más ancha y una altura rebajada para mejorar el comportamiento dinámico. A nivel estructural, se mantiene la base del modelo de producción, pero en el interior se eliminan elementos no esenciales y se incorporan las medidas de seguridad necesarias para cumplir con la normativa de competición.




Las similitudes en la configuración mecánica también se traducen en una experiencia de conducción compartida. Elementos como la cremallera de dirección y los ejes delantero y trasero son los mismos en ambas versiones, lo que permite que la dinámica de conducción sea comparable. Sin embargo, en la versión de carreras se ajustan determinados componentes para maximizar el rendimiento en circuito. En el modelo de calle, la tecnología Torque Splitter con embragues electrohidraulicos mejora la agilidad en condiciones exigentes, aportando un comportamiento más preciso en tramos complicados.

El CUPRA León VZ TCR ha demostrado su competitividad en diferentes campeonatos y continuará participando en eventos clave en 2025, como el IMSA Michelin Pilot Challenge y el TCR de China. La relación entre la versión de serie y la de carreras no solo permite trasladar tecnología de la pista a la calle, sino que también facilita la evolución del modelo de producción gracias a los conocimientos adquiridos en competición.