Probamos el CX-60 PHEV en un recorrido urbano por Madrid y en un viaje largo hasta la costa de Cádiz para comprobar su comportamiento en ciudad y carretera

El Mazda CX-60 PHEV es uno de los modelos más representativos de la nueva etapa de electrificación de la marca japonesa. Situado como SUV de gran tamaño dentro de la gama, pero no como el buque insignia (papel que recae en el CX-80), este vehículo se posiciona en el segmento de los híbridos enchufables premium con una propuesta diferenciada. Apuesta por un motor atmosférico de gran cilindrada combinado con electricidad, un interior cuidado con acabados de primer nivel y un diseño exterior que refleja el lenguaje estético Kodo en su máxima expresión.

Diseño exterior: elegancia artesanal y proporciones sólidas
En el Mazda CX-60 PHEV todo gira alrededor de la filosofía japonesa del equilibrio. Su frontal está presidido por una parrilla trapezoidal de gran tamaño, con marco cromado y entramado en nido de abeja que refuerza la percepción de robustez. Está flanqueada por unos faros ultrafinos con tecnología Full LED adaptativa, que no solo aportan carácter visual sino también un haz de luz preciso y potente, capaz de adaptarse a cada situación de la carretera sin deslumbrar a otros conductores.

Las dimensiones del CX-60 subrayan su presencia: mide 4,74 metros de largo, 1,89 metros de ancho y 1,68 metros de alto, con una batalla de 2,87 metros que garantiza espacio interior amplio. Su peso en vacío ronda los 2.050 kilos, una cifra considerable que no resta capacidad dinámica gracias a la puesta a punto de su chasis.
El perfil lateral destaca por unas proporciones armoniosas, con una línea de cintura elevada y superficies limpias que reflejan el trabajo artesanal de Mazda en la escultura de la carrocería. Los pasos de rueda ligeramente marcados alojan llantas de entre 18 y 20 pulgadas, según versión. En la zaga, los pilotos horizontales LED se integran de forma elegante, conectados visualmente por una moldura cromada que acentúa la anchura del vehículo.

Interior: refinamiento, confort y atención al detalle
Una vez dentro, el CX-60 PHEV transmite la sensación de estar ante un SUV de corte premium. El salpicadero combina líneas horizontales con superficies de cuero acolchado, inserciones en metal cepillado y, en los acabados superiores, detalles en madera natural. La calidad percibida es alta en cada rincón, sin plásticos duros en zonas visibles y con un ajuste sólido que refuerza la sensación de lujo japonés.
Los asientos delanteros cuentan con regulación eléctrica, calefacción y ventilación, ofreciendo un equilibrio excelente entre sujeción y comodidad. En la parte trasera, el espacio es generoso para las piernas y la cabeza, permitiendo que tres adultos viajen con holgura. Los respaldos pueden abatirse en distintas posiciones, lo que aumenta el confort en trayectos largos.


En cuanto a almacenamiento, encontramos una guantera amplia, huecos en el túnel central, portavasos de tamaño generoso y compartimentos en las puertas capaces de albergar botellas grandes. El maletero ofrece 570 litros de capacidad, con un espacio regular y un doble fondo pensado para guardar los cables de carga. Abatiendo los asientos traseros se consigue más de 1.700 litros, lo que facilita transportar objetos voluminosos.

Multimedia y sonido: conectividad avanzada y experiencia envolvente
El sistema multimedia es uno de los puntos donde el CX-60 PHEV demuestra su ambición tecnológica. La pantalla central de 12,3 pulgadas, de alta resolución, se sitúa en una posición elevada que evita desviar demasiado la mirada de la carretera. Su control mediante un mando giratorio en la consola central resulta más intuitivo y seguro en marcha de lo que pueda parecer. Aún así, la pantalla se vuelve táctil al utilizar los sistemas de Apple y Google.
La interfaz es clara, con menús bien estructurados, y la conectividad está garantizada mediante Apple CarPlay y Android Auto inalámbricos. Incluye navegación con información de tráfico en tiempo real y un cuadro de instrumentos digital que puede configurarse para mostrar desde datos básicos de velocidad hasta información de la batería y consumos. El Head-Up Display proyecta los datos más importantes en el parabrisas, facilitando la conducción en autopista.
El apartado sonoro está en manos de un sistema Bose Premium con 12 altavoces estratégicamente ubicados en el habitáculo, incluido un subwoofer. La calidad de audio es sobresaliente: los graves son contundentes sin saturar, los agudos claros y los medios equilibrados. En un viaje largo se aprecia cómo el sistema llena el interior con un sonido limpio, transformando cualquier trayecto en una experiencia inmersiva.

Mecánica híbrida enchufable: potencia y eficiencia con etiqueta CERO
El CX-60 PHEV combina un motor de gasolina de 2,5 litros atmosférico con un motor eléctrico alimentado por una batería de 17,8 kWh. En conjunto desarrolla 327 CV y un par máximo de 500 Nm, cifras que lo sitúan entre los SUV híbridos enchufables más potentes de su categoría.

La potencia se transmite al suelo a través de una caja automática de 8 velocidades y un sistema de tracción total i-Activ AWD. Esta combinación le permite acelerar de 0 a 100 km/h en apenas 5,8 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 200 km/h. En modo 100 % eléctrico puede llegar a los 140 km/h, una cifra más que suficiente para circular en autovía sin recurrir al motor térmico.
La autonomía eléctrica homologada es de 63 km en ciclo WLTP, aunque en uso real ronda los 50-55 km, dependiendo del tipo de conducción y condiciones externas. La recarga completa en un enchufe doméstico tarda alrededor de 4 horas.

Consumos reales y comportamiento dinámico
Hemos tenido la oportunidad de probar el Mazda CX-60 PHEV tanto en ciudad como en un viaje largo por carretera, lo que permite valorar su rendimiento en dos escenarios muy distintos.
En el centro de Madrid, la conducción en modo eléctrico es suave y silenciosa. El motor eléctrico ofrece par instantáneo, lo que facilita los arranques en semáforos y maniobras en calles estrechas. El tamaño impone cierto respeto en zonas urbanas, pero la dirección asistida es precisa y la cámara de visión 360º ayuda a moverse con soltura. En este entorno urbano, con la batería cargada, el consumo de gasolina es prácticamente inexistente, logrando un coste de uso muy bajo.
En el viaje de Madrid a Cádiz, de más de 1400 kilómetros, el CX-60 mostró su otra cara. En autopista, una vez agotada la batería, el consumo real se situó entre 6,7 y 7,4 litros a los 100 km, (dependiendo del modo de conducción) cifras muy razonables para un SUV de su tamaño y potencia. La caja de cambios trabaja con suavidad y el motor de gasolina mantiene un régimen bajo en crucero, lo que contribuye al confort acústico. En tramos de curvas, el sistema de suspensión y el control Kinematic Posture Control ayudan a mantener la carrocería estable, transmitiendo confianza al conductor a pesar de las más de dos toneladas de peso.

La insonorización interior es otro punto destacable: apenas se perciben ruidos aerodinámicos ni de rodadura, lo que convierte los viajes largos en una experiencia relajada.
Seguridad: máxima protección para conductor y pasajeros
El CX-60 PHEV ha logrado la máxima puntuación en las pruebas de seguridad europeas gracias a un equipamiento de serie muy completo. Incluye control de crucero adaptativo, frenada automática de emergencia, asistente de mantenimiento de carril, detector de tráfico trasero, monitor de ángulo muerto y cámara 360º. Todo ello refuerza la sensación de seguridad al volante, tanto en ciudad como en carretera.

Versiones y precios en España
En España, la gama del Mazda CX-60 PHEV parte de unos 46.000 euros para el acabado Prime-Line, que ya incluye un equipamiento notable. Por encima se sitúan los Exclusive-Line, Homura y Takumi, que incorporan elementos como tapicería en cuero napa, molduras en madera natural, techo solar panorámico y el sistema de sonido Bose. Los precios de estas versiones pueden superar los 54.000 euros, pero a cambio ofrecen un nivel de lujo y tecnología propio de segmentos superiores.

Conclusión
El Mazda CX-60 PHEV no es el SUV más grande ni el más lujoso de la marca, pero sí uno de los más equilibrados. Ofrece una estética cuidada con detalles artesanales, un interior espacioso y bien acabado, un sistema multimedia avanzado con un sonido de gran calidad y una mecánica híbrida enchufable potente y eficiente.

En ciudad se mueve con sorprendente suavidad y silencio, mientras que en carretera demuestra solvencia, confort y consumos ajustados. La etiqueta CERO le permite además circular sin restricciones por las zonas urbanas. Con un precio competitivo frente a rivales europeos y un carácter propio, el CX-60 PHEV se consolida como una de las opciones más interesantes para quienes buscan un SUV familiar premium con espíritu japonés.