A principios de los años 60, con los éxitos deportivos del Alfa Romeo Giulia TZ, se impulsó la creación de un modelo de serie que trasladara sus virtudes dinámicas y prestaciones a las carreteras. Los responsables de Alfa Romeo encargaron a Bertone y Pininfarina el desarrollo de prototipos para este nuevo automóvil. La propuesta de Bertone fue el Alfa Romeo Canguro.
Este prototipo será recordado en su 60º aniversario de presentación, que tuvo lugar en la 51ª Edición del Salón del Automóvil de París, donde recibió un aplauso casi unánime. Diseñado por Giorgetto Giugiaro, su carrocería de fibra de vidrio destacaba por sus líneas suaves y sinuosas, con un parabrisas y ventanillas perfectamente integrados en el estilo vanguardista del coche.
El Alfa Romeo Canguro introdujo innovaciones significativas, como la superficie acristalada, donde las lunas estaban pegadas a la carrocería, una característica común en los vehículos actuales. El diseño incluía una zaga aerodinámica «Coda Tronca», presente en el Nuevo Alfa Romeo Junior, y aireadores interiores inspirados en el emblemático «quadrifoglio». Equipado con un motor de 4 cilindros y una caja de cambios manual de 5 velocidades, ofrecía 170 CV a 7500 rpm y, como todos los Alfa Romeo de la época, tenía tracción trasera.
Utilizando el chasis tubular revolucionario del Alfa Romeo Giulia TZ, Bertone y Giugiaro crearon un diseño innovador y estético, sin preocuparse por limitaciones técnicas o industriales. Este espíritu vanguardista fue precisamente el que impidió que el Canguro llegara a la producción en serie. Poco después de ser descartado, el Canguro sufrió un grave accidente durante un rodaje publicitario en la Curva Parabólica del Circuito de Monza. Bertone, lamentablemente, decidió no reconstruirlo debido a las 15.000 horas necesarias para restaurarlo a su estado original, sellando así su destino.
No obstante, el legado del Alfa Romeo Canguro perduró. Sus innovaciones en superficies acristaladas y otros rasgos de diseño, como las tomas de aire horizontales en la aleta delantera, se convirtieron en características recurrentes en los diseños de Bertone. Además, muchos elementos estéticos y técnicos del Canguro fueron la base para el prototipo Alfa Romeo Montreal, presentado en la Exposición Universal de Montreal en 1967 y comercializado en la década de los 70.
Los restos del Alfa Romeo Canguro fueron adquiridos por un aficionado alemán y cambiaron de manos hasta llegar a un coleccionista japonés. Con el respaldo del Museo Alfa Romeo, se emprendió una restauración completa del vehículo, permitiendo que renaciera y fuera premiado en el Concurso de Elegancia de Villa d’Este en 2005.