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Polestar 4 (200 kW / 272 CV): potencia, diseño y tecnología en un SUV‑coupé eléctrico premium

El Polestar 4 irrumpe en el mercado con una propuesta que combina silueta de SUV coupé, motorización 100 % eléctrica y un enfoque orientado al confort de marcha. Con unas dimensiones cercanas a los 4,84 metros de longitud, este modelo se sitúa entre el Polestar 2 y el Polestar 3, pero sin intención de replicar sus planteamientos. El diseño exterior se aparta de las convenciones al prescindir por completo de una luneta trasera, sustituyéndola por una cámara de alta definición que transmite la visión posterior a un retrovisor interior digital. Este elemento, que al principio puede generar extrañeza, mejora considerablemente la visibilidad nocturna y elimina los reflejos que suelen provocar las luces de otros vehículos.

La parte frontal mantiene la firma estética de la marca con los faros «Dual Blades», que emplean tecnología Pixel LED para iluminar con precisión y sin deslumbrar.

En ciudad y carreteras secundarias el sistema actúa con eficacia, aunque en autopistas con tráfico pesado puede requerir ajustes adicionales para alcanzar su máximo potencial. El perfil lateral es elegante, con líneas fluidas que favorecen la aerodinámica, y unos tiradores de las puertas enrasados que se despliegan automáticamente al acercarse con la llave o con el smartphone.

En el interior, el habitáculo transmite una sensación de espacio y claridad muy poco común en vehículos eléctricos de esta categoría. El techo panorámico de cristal, que se extiende prácticamente hasta el maletero, contribuye a esa percepción de amplitud.

El salpicadero está dominado por una pantalla central horizontal de 15,4 pulgadas que integra el sistema operativo Android Automotive. Este permite acceder de forma nativa a Google Maps, Spotify y otras aplicaciones, además de gestionar la climatización, las cámaras y la planificación de rutas con puntos de recarga. Aunque la interfaz es fluida y moderna, algunas funciones requieren demasiadas pulsaciones, lo que al principio puede resultar algo incómodo en marcha.

Delante del conductor hay una segunda pantalla digital con información relevante como la velocidad, el estado de carga o las indicaciones del navegador, complementada por un eficaz head-up display que proyecta los datos más importantes sobre el parabrisas. Los asientos, tapizados en materiales reciclados o cuero vegano certificado, son cómodos y cuentan con reglajes eléctricos. La calidad percibida es alta, con ajustes sólidos y ausencia de crujidos incluso sobre firme irregular.

En las plazas traseras, el espacio disponible es generoso tanto para las piernas como para los hombros, aunque la caída del techo limita ligeramente la altura para ocupantes de más de 1,85 metros. La ausencia de túnel central facilita que tres pasajeros puedan acomodarse con cierta comodidad. El suelo plano y los respaldos reclinables mejoran la habitabilidad, aunque el acceso podría ser más cómodo si las puertas se abrieran en un ángulo más amplio. La sensación global recuerda a la de una cabina de avión en clase Business, con una iluminación ambiental configurable que potencia ese efecto.

El maletero ofrece una capacidad de 526 litros con los respaldos traseros en posición vertical, ampliables hasta 1.536 litros si se abaten en configuración 60/40. La boca de carga es algo estrecha y no facilita la introducción de objetos voluminosos, aunque el suelo plano y la bandeja retráctil compensan en parte esta limitación. Además, en la parte delantera se incluye un pequeño compartimento de 15 litros (frunk), ideal para guardar los cables de carga u otros elementos poco voluminosos.

En el apartado mecánico, la versión probada equipa un único motor en el eje trasero con 200 kW de potencia (272 CV), que permite una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos. Existe también una variante Dual Motor con tracción integral, que eleva la potencia hasta los 400 kW (544 CV) y rebaja el 0-100 a solo 3,8 segundos. 

Sobre el papel, la batería tiene una capacidad neta de 94 kWh y permite recorrer hasta 620 kilómetros en ciclo WLTP. En condiciones reales de conducción, con climatización activa y trayectos mixtos, es más razonable esperar cifras que ronden los 500 kilómetros. En autopista, la cifra se reduce a unos 370 kilómetros, y aún así, sigue siendo competitivo dentro del segmento.

El sistema de carga admite potencias de hasta 200 kW en corriente continua, lo que permite pasar del 10 al 80 % en aproximadamente 30 minutos. En corriente alterna, el cargador interno trifásico de 11 kW completa una carga completa en unas 8 horas, aunque es posible aumentar esta velocidad hasta 22 kW en opción. La gestión térmica de la batería y el sistema de preacondicionamiento contribuyen a mejorar la eficiencia y proteger los elementos en condiciones extremas de frío o calor.

Las sensaciones al volantes son extraordinarias, la conducción es fluida y segura. La suspensión, de tipo McPherson delante y multibrazo detrás, presenta un ajuste firme pero sin comprometer el confort. En ciudad filtra adecuadamente los resaltos y pavimentos deteriorados, mientras que en carretera transmite una sensación de aplomo constante. La dirección eléctrica tiene tres niveles de dureza seleccionables desde el menú de configuración, aunque incluso en el modo más deportivo el tacto resulta artificial. En cambios rápidos de carril o curvas enlazadas, el chasis mantiene la compostura gracias al bajo centro de gravedad y a la distribución del peso.

La regeneración de energía puede ajustarse en tres niveles, incluido un modo de conducción con un solo pedal que permite desacelerar sin necesidad de usar el freno salvo en paradas completas. Este sistema resulta útil en entornos urbanos, pero requiere un periodo de adaptación si no se ha utilizado anteriormente. La frenada convencional se siente progresiva y bien dosificada, con un pedal firme que inspira confianza. En cuanto a ayudas a la conducción, el equipamiento de serie incluye control de crucero adaptativo, mantenimiento de carril, alerta de tráfico cruzado, frenado automático de emergencia y detección de peatones y ciclistas. El sistema Pilot Assist, disponible en opción, permite una conducción semiautónoma en autopista que mantiene el carril y la distancia con el vehículo precedente, aunque exige mantener las manos en el volante.

La insonorización del habitáculo está cuidada, con doble acristalamiento y materiales que absorben el ruido aerodinámico. A 120 km/h apenas se percibe el sonido del viento o del asfalto, lo que refuerza la sensación de aislamiento propia de vehículos eléctricos bien diseñados. La calidad del equipo de sonido, firmado por Harman Kardon, cumple con las expectativas y ofrece una experiencia envolvente gracias a la ubicación estratégica de los altavoces.

El sistema operativo integrado permite actualizaciones OTA y la incorporación de nuevas funciones sin pasar por el taller. Android Automotive ofrece integración con Google Assistant y posibilidad de instalar aplicaciones directamente desde Play Store, aunque algunos usuarios pueden echar en falta compatibilidad completa con Apple CarPlay, que de momento solo está disponible en versión inalámbrica y con funcionalidades limitadas.

El enfoque sostenible de Polestar se refleja en el uso extensivo de materiales reciclados, tapicerías libres de origen animal, procesos de producción más eficientes y un sistema de trazabilidad para los componentes clave de la batería. La marca publica anualmente la huella de carbono de cada uno de sus modelos, lo que permite comparar de forma objetiva su impacto medioambiental respecto a otras alternativas. Esta transparencia forma parte de la estrategia de diferenciación de Polestar frente a marcas más consolidadas.

El precio de partida en el mercado español ronda los 65.900 euros para la versión Single Motor Long Range, con un equipamiento de serie generoso que incluye faros LED, cámara 360º, techo panorámico, llantas de 20 pulgadas y acceso sin llave. Las versiones con tracción total superan los 72.000 euros, pero ofrecen mayor potencia y capacidad de remolque. En ambos casos, el Polestar 4 puede beneficiarse de incentivos fiscales y subvenciones estatales para vehículos eléctricos, lo que mejora su competitividad frente a rivales como el Tesla Model Y, el BMW iX o el Audi Q8 e-tron Sportback.

Esta propuesta de Polestar resulta especialmente atractiva para quienes valoran el diseño escandinavo, el silencio de marcha, la integración tecnológica y una postura activa en sostenibilidad sin renunciar al rendimiento.

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