En la industria automotriz, los nombres de los modelos juegan un papel fundamental en la identidad de una marca. Alfa Romeo, con su legado de vehículos deportivos y elegantes, ha mantenido una tradición en la que sus modelos llevan nombres con historia y significado. A lo largo de los años, la firma italiana ha optado por bautizar sus vehículos con términos que evocan emoción, dinamismo y herencia, en lugar de emplear combinaciones de letras y números.

Un ejemplo de esta filosofía es el Alfa Romeo Junior. Este modelo revive una denominación con más de medio siglo de historia en la marca. Su origen se remonta a 1966 con el Alfa Romeo GT 1300 Junior, un vehículo pensado para un público joven que buscaba un coche accesible sin renunciar al placer de conducción y a un comportamiento ágil. Con un motor de 89 CV y un peso de apenas 1.020 kg, este modelo logró una combinación excepcional entre ligereza y rendimiento. Su éxito lo convirtió en uno de los vehículos más vendidos de Alfa Romeo en los años 60 y 70, además de un referente en el mundo del automóvil italiano.

El nuevo Alfa Romeo Junior retoma este legado con una propuesta moderna y adaptada a los tiempos actuales. Disponible con motorizaciones híbridas y eléctricas, mantiene el carácter deportivo que ha definido a la marca, ofreciendo una experiencia de conducción emocionante con tecnología avanzada y un diseño inspirado en su tradición deportiva.
Por otro lado, el Alfa Romeo Giulia también es un nombre con raíces profundas en la historia de la firma. La primera generación de este modelo debutó en 1962 y se convirtió en un símbolo de la automoción italiana. Con versiones sedán, coupé y descapotable, destacó por su diseño aerodinámico y sus motores de alto rendimiento, que lo posicionaron como un automóvil polivalente y competitivo en distintos ámbitos, desde el uso familiar hasta la competición y las fuerzas del orden.

La generación actual del Alfa Romeo Giulia rinde homenaje a su predecesor con un diseño sofisticado y elementos icónicos como los faros 3+3 y el característico frontal “trilobo”. Además, incorpora tecnología de vanguardia y un equilibrio perfecto entre confort y deportividad, reafirmando su estatus dentro del segmento de berlinas premium.
El caso del Alfa Romeo Stelvio es diferente. Con su lanzamiento en 2017, Alfa Romeo se adentró en el segmento de los SUV, un terreno inexplorado hasta ese momento por la marca. Para elegir su nombre, la compañía miró hacia los Alpes italianos y se inspiró en el Passo dello Stelvio, un paso de montaña que, con sus 2.757 metros de altitud y 48 curvas cerradas, es un desafío para cualquier conductor. Esta denominación refuerza la imagen de dinamismo y rendimiento del SUV, que combina la versatilidad de este tipo de vehículos con la deportividad característica de Alfa Romeo.

Siguiendo esta misma línea, el Alfa Romeo Tonale toma su nombre del Passo di Tonale, otro puerto de montaña ubicado en los Dolomitas. Este paso marca la transición entre Lombardía, la región donde nació Alfa Romeo, y Trentino-Alto Adigio, lo que simboliza la evolución de la marca hacia nuevas fronteras. Con un diseño refinado y motorizaciones híbridas y eléctricas, el Tonale representa la apuesta de Alfa Romeo por la electrificación sin renunciar a la esencia de sus vehículos deportivos.
Cada modelo de Alfa Romeo lleva consigo un nombre que no solo identifica un coche, sino que también evoca un legado de ingeniería, diseño y pasión por la conducción. Esta tradición sigue siendo una parte fundamental de la identidad de la marca, permitiéndole mantener su carácter distintivo en un mercado cada vez más competitivo.