Hace 25 años, Porsche presentó al mundo el primer 911 GT3 en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1999. Este modelo, diseñado para los amantes de la conducción purista, marcó el inicio de una línea de vehículos deportivos que aún hoy mantiene su esencia. Entre los entusiastas destaca Walter Röhrl, bicampeón mundial de rally y embajador de la marca, quien recientemente se reencontró con la unidad original en un estado impecable.
El primer GT3: un diseño pensado para la pista y la carretera
El 911 GT3 original, con su distintivo acabado en color plata Arctic metalizado, se presentó como el Porsche más deportivo de la época. Este modelo derivado de la serie 996 se caracterizó por un motor atmosférico de 360 CV y modificaciones específicas en el chasis y la carrocería. Además, incorporó elementos como asientos envolventes de Nomex, una jaula antivuelco fija y un volante de inercia monomasa, diseñado para mejorar la respuesta del motor.
Para Röhrl, el GT3 representa un modelo único. A sus 77 años, el piloto recuerda con entusiasmo el rendimiento y las sensaciones al volante de este deportivo. Según comenta, la experiencia de conducción es directa y auténtica, sin ayudas electrónicas que interfieran en la conexión entre el conductor y el vehículo.
Un espacio dedicado al espíritu Porsche
El reencuentro entre Röhrl y el primer GT3 tuvo lugar en FL8WERK, un exclusivo espacio cerca de Flacht creado por entusiastas de la marca. Este lugar alberga una colección única de objetos, carteles y vehículos Porsche, incluyendo siete ejemplares del 911 GT3 Clubsport de primera generación. Este modelo, fabricado en colores poco comunes como azul Nogaro y verde Rainforest metalizado, se distingue por su configuración orientada a la competición y la ausencia de ciertos elementos de confort.
Timo Conrad, cofundador de FL8WERK y actual propietario del GT3 presentado en Ginebra, descubrió por casualidad la historia de esta unidad al adquirirla. Tras una investigación minuciosa, confirmó que se trataba de un modelo de preserie utilizado por la fábrica en su lanzamiento mundial. Incluso logró recuperar la matrícula original, S-WR 996, un detalle que hace al vehículo aún más especial.
Un modelo diseñado para la competición y el día a día
El 911 GT3 de la generación 996 se concibió para clientes con una orientación clara hacia la competición, sin dejar de lado su homologación para uso en carretera. La categoría GT3, de la que toma su nombre, marcó un hito en la historia de Porsche al combinar las prestaciones de un coche de carreras con la versatilidad para el día a día. Su éxito en Nürburgring, donde logró completar el trazado Nordschleife en 7:56 minutos, reafirmó su posición como un deportivo excepcional.
Para los fundadores de FL8WERK, el primer GT3 sigue siendo un modelo icónico gracias a su equilibrio, ligereza y motor atmosférico. Su diseño se adapta perfectamente tanto a la pista como a la carretera, ofreciendo una experiencia de conducción que depende del talento del piloto, más que de sistemas de asistencia modernos.
El legado de un vehículo atemporal
A lo largo de las décadas, el GT3 ha mantenido su esencia. El modelo presentado en 1999 sentó las bases para una tradición en Porsche que continúa vigente. Walter Röhrl, al reencontrarse con esta unidad, rememora los momentos en los que el GT3 era el vehículo más rápido y emocionante de su época. “En su día, causó sensación, y esa fascinación sigue intacta”, concluye el legendario piloto.