Durante cincuenta años y a lo largo de ocho generaciones, el diseño del Golf ha evolucionado adaptándose a las tendencias de cada época, pero siempre manteniendo la esencia y funcionalidad del modelo original concebido por Giorgetto Giugiaro. El Golf, considerado el corazón de la marca Volkswagen, ha sabido preservar su ADN característico a lo largo del tiempo.
Esta filosofía, como señala Andreas Mindt, actual jefe de Diseño de Volkswagen, se estableció con la segunda generación del Golf y se ha mantenido hasta hoy. Herbert Schäfer, jefe de Diseño en aquel entonces, logró modernizar el Golf sin perder la identidad del modelo original. Esto fue crucial para la historia del Golf, que siempre ha sido una evolución del concepto inicial.

Una de las características distintivas del Golf es su «rostro». Desde la primera generación, los faros y la parrilla han sido elementos clave. Giugiaro logró un diseño icónico con una parrilla negra que abarcaba todo el frontal, faros redondos a los extremos y el logo de VW. Este esquema básico se ha mantenido, evolucionando con el tiempo en términos de integración y tecnología, incorporando faros de xenón, luces diurnas LED y faros LED Matrix en el Golf 8.

El diseño del pilar C, introducido en el Golf I de 1974, es otro elemento icónico. Este pilar no solo contribuye al equilibrio de proporciones y funcionalidad de carga, sino que también se ha convertido en una firma del Golf. Andreas Mindt destaca que elementos como el pilar C son parte integral del ADN de Volkswagen. A partir del Golf IV, Hartmut Warkuß intensificó esta característica, creando una forma atemporal que honraba el diseño original de Giugiaro.

La famosa pelota de golf en la palanca de cambios del GTI, ideada por Gunhild Liljequist, se ha mantenido a lo largo de las generaciones, convirtiéndose en un símbolo del Golf GTI. Este detalle distintivo, que surgió de una idea espontánea, sigue presente en el último GTI con cambio manual.

El Golf también es reconocible por su diseño trasero. Las ópticas traseras compactas de la primera generación evolucionaron con la segunda generación, que introdujo las famosas ópticas semitrapezoidales. Este concepto se ha mantenido, adaptándose con nuevas tecnologías como los grupos ópticos traseros LED y los intermitentes dinámicos.

Las insignias del Golf también han evolucionado. La tipografía y diseño del nombre «Golf» han cambiado con cada generación, manteniendo un estilo distintivo. En la octava generación, las insignias tienen un nuevo diseño y están ubicadas en el centro, bajo el logo de VW. Además, el logo delantero está iluminado y sirve para abrir el portón del maletero desde el Golf V.

El interior del Golf siempre ha destacado por su calidad y modernidad. La tapicería de tartán, introducida en el primer GTI por Gunhild Liljequist, ha perdurado como un elemento icónico. Esta tapicería, inspirada en los tejidos escoceses, añade un toque de deportividad británica al modelo.
El cuadro de mandos del Golf refleja su carácter práctico y su evolución tecnológica. Desde el diseño integrado del primer Golf hasta el Digital Cockpit con pantalla de 10,2 pulgadas del Golf 8, el modelo ha incorporado continuamente los últimos avances, ofreciendo cada vez más funcionalidades a sus conductores.

Las llantas del Golf también han evolucionado. Desde las clásicas llantas de 14 pulgadas de la primera generación, pasando por las opcionales llantas BBS de 15 pulgadas en los modelos deportivos de la segunda generación, hasta las actuales llantas de 19 pulgadas del Golf R, el diseño y tamaño de las llantas han ganado protagonismo, reflejando la estética de cada generación.

El Golf ha sabido mantener su esencia a lo largo de los años, evolucionando con el tiempo y adaptándose a las nuevas tendencias y tecnologías, pero siempre fiel a su ADN original. Esta combinación de innovación y tradición es lo que ha hecho del Golf un modelo icónico en la historia del automóvil.