El Alfa Romeo Giulietta Sprint, con 60 años de historia a sus espaldas, sigue siendo objeto de admiración tanto por su estilo innovador como por sus prestaciones, y por las innovaciones que introdujo en la estrategia industrial y comercial de Alfa Romeo. Este vehículo puede considerarse el primer Alfa Romeo de la era moderna, ya que fue el pionero en la fabricación en serie y en la colaboración coordinada con carroceros de renombre desde el inicio del proyecto, en lugar de hacerlo una vez ensamblado el chasis. Además, rompió con la nomenclatura numérica habitual de la marca para adoptar un nombre evocador: Giulietta.


La elección de este nombre rindió homenaje a la heroína de la tragedia de Shakespeare, al tiempo que jugaba con el nombre de la marca y respondía a la crítica de Madame De Cousandier, quien había señalado la falta de un nombre femenino entre los directivos de la marca.
Presentado en el Salón de Turín de 1954, el Alfa Romeo Giulietta Sprint impresionó con sus líneas redondeadas, elegantes y aerodinámicas, conquistando a los asistentes y generando 700 pedidos durante el evento, un éxito sorprendente para un vehículo inicialmente concebido como un «showcar» con ventas limitadas.

Además de su diseño, el Giulietta Sprint destacó por su estrategia comercial innovadora. Fue el primer modelo de una familia de automóviles lanzado en su versión deportiva, en lugar de comenzar por la berlina, que se esperaba que tuviera mayores ventas. Esta decisión se basó en el diseño llamativo de Franco Scaglione para Bertone y en el motor original de 65 CV, cuya sonoridad resultaba ideal para un coupé como el Sprint.
El resultado fue un deportivo 2+2 espectacular, con una línea compacta, limpia y versátil, que combinaba aerodinámica con el sentimiento deportivo característico de Alfa Romeo. El interior, diseñado por Ghia, era lujoso y dinámico, con detalles como el llamativo cuadro de instrumentos en forma de triángulo.

El motor de 1.290 cm3 con 4 cilindros en línea desarrollaba inicialmente 65 CV, aunque la versión más conocida era la de 80 CV, capaz de alcanzar los 166 km/h. Fue la primera mecánica en incorporar, de serie, un doble árbol de levas de aluminio, lo que contribuyó a optimizar el peso del vehículo hasta los 850 kg.

Con más de 34.000 unidades vendidas en sus distintas variantes, el Alfa Romeo Giulietta Sprint fue un modelo clave para el éxito de la marca durante los años del «Milagro Económico», conquistando a una clase media-alta emergente y convirtiéndose en símbolo de la elegancia y el estilo italiano.